lunes, 4 de marzo de 2013

Primer día de cole


Al final del verano pasado, oíamos comentar a nuestros padres que nos querían “quitar” una clase, es decir, hacer una sola aula en lugar de dos (una para pequeños y otra para los mayores), como hasta ahora. Esto supondría “juntar” en un solo grupo niños de edades que van desde los 3 hasta los 12 años.
Con la crisis que sufrimos y los recortes en educación… ese rumor se hizo realidad. La escuela de Santiz se convertía en unitaria…. ¡Qué lío nos esperaba!.

Al pensarlo… parecía una tarea imposible… la maestra (o el maestro, porque no sabíamos quién vendría), por más que se esforzase, no conseguiría emplear el tiempo necesario para explicar a cada curso los contenidos que “le tocaban”. ¿Cómo podría enseñar “a la vez” a leer y escribir a los niños más pequeños, enseñar a multiplicar a los de 1º ciclo, a dividir entre 2 cifras a los de 2º y preparar a los de 6º para el instituto?.

Estábamos todos deseando ver al nuevo o a la nueva profesora. Unos decían que era un chico, otros que una chica….unos que joven, otros que mayor… y al final llegó el día. Era … ¡una chica!, y parecía muy joven, demasiado quizás para el “tomate” que le esperaba…¿y si le faltaba experiencia y no era capaz de “hacerse” con la clase?. Iba además con un vestido, tacones, pintada…y nos pareció… ¿por qué no decirlo?...algo pija. Además estaba muy seria, y todos pensamos que sería estricta a más no poder. Es lo que tiene juzgar a la gente por su aspecto físico o por su vestimenta… que uno suele equivocarse. Porque a lo largo de los días nos fuimos conociendo y “conectando” con ella. 



Cristina es maja y cariñosa, generosa y muy charlatana. Le gusta contarnos cosas de su vida, porque piensa que pueden sernos útiles en un futuro. También nos habla de su hijo, Alonso, de 2 años, y nos dice que valoremos el esfuerzo de nuestros padres, porque ella trabaja mucho para criar a su niño y que sea grande como nosotros. Nos gusta mucho la confianza que nos da, y saber que si tenemos algún problema, intentará ayudarnos como pueda. Nosotros, a cambio, intentamos ser buenos alumnos: los mayores le ayudamos con los pequeños, y además procurarnos portaros bien y no crear conflictos en clase, todo lo contrario, intentar solucionar los pequeños enfados que a veces surgen sobre todo entre los niños de Infantil. Esto nos ha hecho ser muy independientes, como dice Cristina “autónomos”, pues sabemos trabajar solos cuando la profe está con otros grupos, y recordarle las dudas que tenemos cuando nos toca. Aunque, eso sí… a veces no dice que nos organizamos demasiado por nuestra cuenta…¡es difícil hallar el punto intermedio!

Lo cierto es que la clase era más tranquila el curso pasado,  pero ésta tiene también sus ventajas: hemos aprendido a convivir todos juntos, a ayudarnos y a ejercer de “tutores” con nuestros compañeros cuando es necesario. Además, sabemos aceptar democráticamente las decisiones de grupo y esperar nuestro turno, respetando a su vez el tiempo de los demás. Lo cierto es que queda aún mucho curso por delante y esperamos seguir aprendiendo y conviviendo tan bien o mejor que hasta ahora.


Tenemos miedo de que acaben cerrando el cole de nuestro pueblo. A nosotros nos gusta nuestra escuela, y lo que nos gustaría es que la mejorasen (por ejemplo, que accediésemos a una pizarra digital como muchos coles aunque seamos la localidad más lejana del C.R.A.), y que en ningún caso la cerrasen. Los niños son vida….¡y los pueblos también tienen que vivir!.

Dalia y Rebeca (6º)
Paula (5º)

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