jueves, 20 de febrero de 2014

Operación Bocata 2014

Hoy, jueves 20 de febrero, los salmantinos tenemos una nueva cita con la solidaridad. Manos Unidas nos invita a participar en la 30ª edición de la Operación Bocata, una iniciativa generosa en la que todos mis santiceños (y yo misma), independientemente de nuestras convicciones religiosas participamos, en tanto nos une un sentimiento común que puede venir (o no) de la mano de la Iglesia Católica: el querer construir (o al menos intentarlo), un mundo más justo.

La zona de reparto de los bocadillos, como todos los años, se establece en diferentes sitios de la capital. Gracias a la disponibilidad de los compañeros (en este caso implicamos a varios profes: Javi de Calzada, Asun de Zamayón y Mayte especialista de música), a nosotros nos los llevaron al propio pueblo, así que, más cómodo…¡imposible!.


El precio es de 3 euros por bocata, y aunque no tuvimos posibilidad de elegir los ingredientes…era lo de menos. Se trataba de pasar un buen rato juntos, hacer algo diferente (los momentos que se “salen” de la rutina son un balón de oxígeno para nosotros y supongo que para todos), y sobre todo aportar nuestro granito de arena a lo que todos pensamos es un bonito proyecto. Y es que este año, con la recaudación, Manos Unidas de Salamanca financiará un proyecto que mejorará las condiciones económicas y sociales de las comunidades de recolectores de basura de Phom Penh (Camboya), cuyo importe asciende a 97.551€. Son gentes que fueron expulsadas del centro de la ciudad hacia el exterior, y que han sido abandonadas a su suerte por los gobernantes. Es un proyecto que atiende sobre todo las necesidades de las mujeres y de los niños, ayudándoles a que se labren un futuro a través de pequeños trabajos, microcréditos y, por supuesto, formación y educación. En el enlace proporcionado por la página web oficial de la Institución, nos explican con detalle todo lo relacionado con su propuesta www.manosunidas.org/web_burgos/XV-operacion-bocata2014.pp



Y así transcurrió la jornada. Empezamos el recreo un poquito más tarde (tuvimos que esperar a que Mayte llegase con los bocatas), y se alargó hasta pasada la 1 del mediodía. Entre juego y juego, en el patio y el pabellón, cada uno nos comimos nuestro bocata, deseando contribuir y solidarizarnos con la propuesta que nos brinda Manos Unidas. Una propuesta que en mi aula, ha servido para concienciarnos (al menos hoy), de que la realidad que vivimos no es más que una imagen incompleta de la misma, y que existe otro mundo mucho más cruel que ellos, por pura suerte (la de haber nacido en el seno de sus familias), no sufren. Pero no sería sincera si sólo les enseñara una parte de la historia. Deben conocerla TODA, al menos para comprender,  valorar y "aprovechar" la suerte que han tenido y que a otros, sin ningún motivo o razón, el azar les ha negado. 



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