viernes, 27 de diciembre de 2013

¡Felices vacaciones de Navidad!



Por fin llegó el día: 20 de Diciembre, el de las vacaciones. Todos, sin excepciones, teníamos ganas de descansar y desconectar de la escuela por unos días. De cambiar los libros por los regalos de Papá Noel y de los Reyes Magos, y los bocadillos de chorizo del recreo por una suculenta cena de Nochebuena (y otras tantas) en compañía de cada familia. Y cómo no, de saber quien era el amigo invisible y ver qué nos había tocado a cada uno.Este juego, que se mantiene en la escuela de Santiz desde hace ya algunos años, consiste en que los participantes reciben regalos entre sí, sabiendo quién es el destinatario pero no quién nos regalará a cada uno. Lo habíamos preparado previamente en la escuela, escribiendo nuestros nombres en un papel para después, uno por uno, introducir la mano y “saber” quién era nuestro amigo secreto. Y después de algunos "trapicheos" e intercambios de papeles, todos estábamos contentos con el compañero que nos había tocado, y pensando ya qué regalo podía hacerle más ilusión.Con algunos niños tuvimos oportunidad de saber el origen del juego. Data de una vieja costumbre venezolana probablemente de finales de 1800 y principios del siglo pasado. Las damas casadas o comprometidas, por aquel entonces, no podían tener amigos, sino compadres, por aquello de los cuestionamientos sociales. De manera que optaron por reunirse un grupo de amigos y amigas para realizar un intercambio de regalos. Esa tradición conservadora se denominaba compadre de papelito o compadre secreto de papelito, es decir, se escogía aleatoriamente el nombre de una persona al sacar un papel escrito de un recipiente. Posteriormente, esta tradición pasó a llamarse 'amigo secreto' y se extendió a países vecinos a través del intercambio social.

Y un siglo después, la tradición se mantiene en Santiz, con todos agolpados tras los regalos y "luchando" por ser el primero que desvelase el misterio.


 

Y por fin, llegó el momento. Todos abrimos nuestros regalos, y sin excepción, quedamos muy satisfechos y felicitamos a nuestro "amigo invisible" por haber, sin duda, acertado. Nuestras caras no pueden ser más explícitas:





                            

Después preparamos la mesa con todo lo que habíamos traído, y vimos una película: "Matilda", con salida al patio incluida, pues a cualquier actividad prolongada era imposible hacer. Y es que las vacaciones estaban cada vez más cerca.

Por supuesto, no olvidamos brindar por los mejores deseos para la Navidad y el próximo año.


Y ahora sí, desde Santiz, os deseamos unas ¡felices vacaciones de Navidad!:



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