lunes, 5 de mayo de 2014

1º domingo de Mayo: te quiero, mamá

En casi todos los países europeos, la festividad del Día de la Madre se celebra el 1º domingo de Mayo, un día para recordar y rendir un homenaje a todas aquellas que dejan (dejamos) nuestra vida de lado para dedicarla a esa "personita" que se convierte en el centro de nuestro universo, de nuestras alegrías, de nuestras inquietudes, de nuestras tristezas y sobre todo de nuestras preocupaciones. Alguien que sin pretenderlo, nos da la fuerza que nunca pensamos que tendríamos, y que, independientemente de si lo hacemos mejor o peor, consigue que pongamos en la tarea todo el cariño y todo el corazón del que somos capaces. Porque si algo consigue un hijo es "sacar" la mejor versión de una misma. Aunque ya nada vuelva a ser como antes.

                                       

En este sentido, Isabel Allende publicó en su día una reflexión sobre el "ser madre" (algo brutal en sus circunstancias), que me encantó y quiero compartir con vosotros, porque condensa perfectamente todo lo que creo sentimos las que un día nos embarcamos en esta aventura sin vuelta atrás: 
“Por culpa del azar o de un desliz, cualquier mujer puede convertirse en madre.
Dios la ha dotado a mansalva del “instinto maternal” con la finalidad de preservar la especie.
Si no fuera por eso, lo que ella haría al ver a esa criatura minúscula, arrugada y chillona, sería arrojarla a la basura.
Pero gracias al “instinto maternal” la mira embobada, la encuentra preciosa y se dispone a cuidarla gratis hasta que cumpla por lo menos 21 años.
Ser madre es considerar que es mucho más noble sonar narices y lavar pañales,que terminar los estudios, triunfar en una carrera o mantenerse delgada.

Es ejercer la vocación sin descanso, siempre con la cantaleta de que se laven los dientes, se acuesten temprano, saquen buenas notas, no fumen, tomen leche…
Es preocuparse de las vacunas, la limpieza de las orejas, los estudios, las palabrotas, los novios y las novias; sin ofenderse cuando la mandan a callar o le tiran la puerta en las narices, porque no están en nada..
Es quedarse desvelada esperando que vuelva la hija de la fiesta y, cuando llega hacerse la dormida para no fastidiar.
Es temblar cuando el hijo aprende a manejar, anda en moto, se afeita, se enamora, presenta exámenes o le sacan las amígdalas.
Es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo.
Es servir de niñera, maestra, chofer, cocinera, lavandera, médico, policía, confesor y mecánico, sin cobrar sueldo alguno.
Es entregar su amor y su tiempo sin esperar que se lo agradezcan. Es decir que “son cosas de la edad” cuando la mandan al carrizo.
Madre es alguien que nos quiere y nos cuida todos los días de su vida y que llora de emoción porque uno se acuerda de ella una vez al año : el Día de la Madre.
El peor defecto que tienen las madres es que se mueren antes de que uno alcance a retribuirles parte de lo que han hecho.
Lo dejan a uno desvalido, culpable e irremisiblemente huérfano.

Por suerte hay una sola. Porque nadie aguantaría el dolor de perderla dos veces.”
Y por si todavía hay alguien que no lo entiende...aquí tenéis un vídeo dónde la maternidad se traduce en "trabajo". Después de verlo...¿seguirá habiendo candidatos?


Para rendir un homenaje a nuestras mamás santiceñas, decidimos elaborar unos marcos de fotos utilizando diferentes materiales en el caso de pequeños y mayores, aunque la idea era la misma y el resultado muy parecido. 

Con cartón pintado de negro, hicimos el marco, y unos y otros lo adornaron con diferentes materiales. Los pequeños con troqueles hechos con cartulina dorada y plateada de diferentes tamaños, y los mayores con trozos de CDs inservibles. Los chiquitines, además, "adornaron" sus fotos y pusieron en práctica los conocimientos relativos a la lecto-escritura que han aprendido hasta ahora. 

Pegamos dichos materiales con la pistola de silicona, y una vez secos, el resultado fue...¡espectacular!. Echar un vistazo:




Todos preparados con sus creaciones y deseando llegase el viernes para llevárselas a casa:


Los mayores hicieron también un trabajo estupendo. Como siempre, lo empaquetaron de forma súper creativa, tanto que daba pena desenvolverlo:

                               

 
¡Feliz día, MAMÁ!



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